El amor une familias, la ira las separa. |
Por culpa de nuestro enojo no hacemos lo correcto ante cualquier circunstancia, no pensamos bien nuestras respuestas y nuestras actitudes. El pensar y sentir con el hígado ocasiona que se resquebrajen los lazos más tiernos con la familia e incluso con amigos y compañeros de trabajo. Por eso, antes de llevar tus respuestas al hígado, llévalas al corazón. Piensa con el cerebro y responde ante cualquier circunstancia con precaución, es lo mejor.
Las peleas no resuelven nada. |
Cuando no estés de acuerdo con alguna otra idea diferente a la tuya, conversa y explica tus razones, no es necesario que todos piensen igual a ti; pero si en vez de solucionar algo, crees que alzando la voz o irte a los golpes e insultos resuelve las diferencias, estás equivocado. Las peleas no solucionan nada, antes bien lo empeora todo.
Si hay guerra en el mundo, es porque los gobernantes de los países en conflicto no conversan tranquilos, antes prefieren poder y gloria vana. ¡Maldito orgullo!
Pero el amor que todo lo puede nace en el corazón, y la paciencia es uno de sus atributos principales. Piensa, siente y luego actúa, no hay nada mejor que hacer todo en este orden.
Ahora tu tienes la solución y no está en el hígado, se encuentra en la mente y el corazón.
El amor con el corazón, es la gran solución.
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